lunes, 18 de diciembre de 2006

Don Giovanni: las críticas

ABC


ÓPERA
Don Giovanni
Drama Giocosso en dos actos
Música: W.A. Mozart
Libreto: Lorenzo Da Ponte
Reparto: Erwin Schrott, Marina Poplavskaia, Franceso Meli, Vladimir Vaneev, Bárbara Frittoli, Alexander Vinogradov, Nahuel Di Pierro, Maria Grazia Schiavo
Cor de la Generalitat Valenciana
Dtor.. Escénico: Jonathan Miller
Orquesta de la Comunidad
Dtor. musical: Lorin Maazel
El acorde de re menor inicial que emergió como un torrente de las entrañas del foso fue suficiente. Lorin Maazel (1930), dijo en una ocasión que «no hay malas acústicas sino malos directores». Una boutade en parte cierta.
La sala el Palau de Les Arts, desde el primer momento me pareció un magnífico teatro para las voces, pero tenía algún reparo, quizás muy subjetivo, en cuanto al sonido del foso. Olvídense de ello. La ya mítica mano derecha el maestro halló, como gusta, y nos regaló hedonismo sonoro con mayúsculas, extrayendo de la extraordinaria formación -todas las familias sin excepción-, mil y un matices que una gran lectura exige, respondiendo ésta como si de una maquinaria suiza se tratara. Lectura dramática, empleando generalmente tempi amplios en las arias, más cerca de un cerebral Klemperer y sin llegar a la violencia de un Furtwangler, pero no exenta de la transparente textura e imaginación. Gracias por su arte, señor Maazel. Otro triunfador de la velada fue el bajo-barítono Erwin Schrott. Extraordinario Don Giovanni: desbocado inmoral, chulesco, seductor, finalmente enloquecido y desbordado por su propio destino. Si bien no hizo un «finch´han dal vino» para la posteridad, los recursos vocales y dramáticos son fenomenales. El futuro es suyo. A gran altura rayó Meli, muy aplaudido, con un gran Don Octavio. Antológico su «come mai crecer» de técnicas y recursos ilimitados.
La Doña Ana de Poplavskaia, toda una sorpresa, sobrada de medios quizás le faltó algo de sutileza. Notable la Frittoli pero se esperaba más de ella. Vinogradov es un sólido Leporello pero tenía a su lado el arrollador «handicap» de Schrott.
Muy bien también la Zerlina de Schiavo de perfecta afinación y seguridad esmaltada, no desmereció tampoco el Masseto de Di Pierro. Sensacionales todos en los números de conjunto así como el cor de la Generalitat. Se debió oír más de un suspiro de alivio por el primer piso del patio de butacas mientras resonaban los bravos del respetable. Gracias al buen hacer de Miller se salvó con nota la función escénica, con esquematismo pero con una inteligente y clara dirección de actores. El director británico muestra mayor afinidad por el lado dramático de la obra que por el giocosso. Y no se preocupen por los decorados ¡hoy día hay propuestas «conceptuales» más morosas en medios!. Éxito absoluto para todos.

2 comentarios:

  1. ¿Y tú has ido? ¿Vas a poner tu crítica? :-D

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  2. Uff! No he ido y no creo que pueda ir. Está la cosa complicá.
    Y mira que me jode, porque le tenía unas ganas...

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