Magdalena Kozená siempre ha sido una de mis cantantes favoritas. Dotada de una elegancia y una musicalidad extraordinarias, haciéndola una intérprete ideal del repertorio que más me gusta, es decir, barroco y Mozart. Con un timbre aterciopelado, un sonido redondo y sin estridencias, una voz dulce embelesante...Pero surge un problema con ella, y es que no es fácil de clasificar. Ella se considera mezzosoprano y si bien es cierto que podría pasar por una mezzo lírica, roza (si no traspasa) la línea que la separa de una soprano. De ahí que muchos la consideren soprano.
Pero, ¿por qué el título de la entrada? Bien, el otro día estuve escuchando un oratorio de Zelenka (I Penitenti al Sepolcro del Redentore) que no conocía y que desde aquí recomiendo desde ya, en el que cantaba Magdalena. Un oratorio que dura menos de una hora, en el que el Rey David, Maria Magdalena y San Pedro, se reunen para hablar de la muerte de Cristo. Una sinfonía, dos arias para David, dos para Magdalena, una para San Pedro, unos pocos recitativos y un coro final con miserere, para esta joyita de Jan Dismas Zelenka.
Lo tenía como "música de fondo", y en la primera aria de Magdalena (el personaje bíblico) me saltó un resorte y me dispuse a escucharla detenidamente. ¡Era Kozená! pero no sonaba como la actual. En esta grabación, la mezzo contaba con ventipocos años y no era todavía conocida, y luce una voz "más de mezzo" que la que actualmente le disfrutamos. ¿Qué le ha ocurrido? pues no lo sé, pero es curioso.
Escuchemos la primera intervención de la Magdalena: Del mio amor, divini sguardi
Zerlinetta eso sucede a menudo.
ResponderEliminarLos cantantes se encasillan, sobretodo al inicio, sin saber las posibilidades reales del instrumento.
Las sopranos cortas, mal llamadas mezzos a medida que van incorporando repertorio, se dan cuenta de las posibilidades de su voz.
Las mezzos muy líricas, como son Kozená, DiDonato, Ganassi o en su día Von Stade, Murray, y tantísimas otras, pueden afrontar roles de soprano sin grandes exigencias en la zona aguda y algunas mezzos de toda la vida, pero jamás mezzos dramáticas o con más cuerpo.
Ganassi lo intentó con la Eboli en francés y salió airosa, cuando lo repitió en el ROH en italiano, se estrelló. En cambió cuando ha afrontado los roles Colbran (Elisabetta o Ermione) ha obtenido resultados espectaculares.
Ahora la advenediza Kate Aldrich lo intentará con Zelmira. Su paso por la Carmen, un rol ambiguo, parece que no ha sido del todo satisfactorio.
Todas ellas cuando empezaron parecían más mezzos que después.
Esto le sucede incluso a la Barcellona. En su Melibea de la Scala los graves parecen haber desaparecido.
¿Quizás es el cambio climático?
Yo es que cada dia tengo más claro que Kozená es soprano... otra cosa es que pueda dar las notas de mezzo y pase como mezzosoprano.
ResponderEliminarMe mencionas a Barcellona y sus graves como ejemplo de algo parecido a Magdalena, pero a lo que yo me refería es al color de su timbre, en este caso más oscuro. Incluso en la caja del Cd (aunque ya sabemos como se las gastan las discográficas) la califican de contralto!!!!
Igual es el cambio climático, vete tú a saber ;-)
Te menciono a Barcellona porqué al principio su voz sonaba muy de mezzo y ahora cada vez menos.
ResponderEliminarA Kozená la ví hace un año em Berlín cantando una fabulosa Melisande y me pareció una cantante maravillosa, con una voz indefinida, como podrían ser las mencionadas o la Antonacci. Pero una clásica mezzo, no me lo pareció.
tenés razon... tengo un par de cds de la kozena y su timbre era mas oscuro al principio
ResponderEliminarigualmente pare mi su timbre es de mezzo, no importa que tan agudo cante o que el timbre sea mas claro ahora
A mi, que sea mezzo o soprano, me da igual. Es una grandísima cantante y es lo que me vale.
ResponderEliminarBienvenida margotlorena ;-)
Gracias por la informacion, Kozena me resulta fabulosa.. su timbre me recuerda a la gran soprano Lucia Popp a quien admiro muchisimo.
ResponderEliminarSaludos