Difícil, muy difícil hablar y comentar hechos y situaciones en las que no se está presente, que se desarrollan en otro país y que, sólo se conoce por lo que se recoge en medios periodísticos, blogs y foros. Por todo lo anterior, soy una “atrevida” por querer comentar lo que está sucediendo en el Teatro alla Scala de Milán. Pero no me resisto, aunque mi opinión se aleje de la realidad.
Como bien sabréis, se está representado estos días en la Scala, Tosca. Y casi todos los días, hay noticia. Caídas del cartel, abucheos para el director de orquesta, para los cantantes… y en la función del día 22 de febrero,¡abucheos para los abucheadores!
Empecemos por el principio. Se representa la errática producción de Bondy del Met, aunque con ciertas modificaciones (recordemos que es una coproducción del Met, Mónaco y la Scala). El maestro Daniele Gatti, renuncia a dirigirla trece meses antes, por motivos artísticos y se busca como sustituto al joven director, y titular del Palau de les Arts, Omer Meir Wellber. Unos días antes del a “prima”, comienzan los rumores de que tanto Kaufmann, como la soprano Oksana Dyka (ya abucheada en Pagliacci), se van a caer del cartel. La noticia se confirma, argumentándose que la baja de los cantantes (a la que hay que añadir la del tenor del segundo reparto, Marco Berti) es debida a un virus…
El 15 de febrero es la “prima”, esa noche cantan Sondra Radvanovsky (que andaba en Torino, con los ensayos de Las Visperas Sicilianas) y Aleksandrs Antonenko. Al final de la función, abucheos centrados en Omer Meir Wellber. Lissner arremete contra los abucheadores. El debate se centra en si los loggioni abucheadores se han pasado o tienen razón. El 17, aparece Dyka y Carlo Ventre (de nuevo baja de Kaufmann), de nuevo abucheos. A la tercera va la vencida y canta Kaufmann, que no se salva de los abucheos. Por último, el día 22, parte del público educado (y pongo educado, en contraposición de maleducados, que es como muchos consideran a aquellos que expresan su disconformidad por medio del abucheo), increpan y casi llegan a las manos con esa parte del público que ha abucheado.
Pero, ¿por qué se abuchea? Existe una parte del público que considera legítima la forma del abucheo, como una forma evidente de mostrar su disconformidad de lo que ocurre en escena. No es nuevo, se puede hablar de una tradición en el mundo de la ópera. Para otra parte del público, los “educados” como yo les llamo, este tipo de manifestaciones son totalmente inadecuadas e incluso las califican como “carcas, retrógradas y maleducadas”. Dentro de este grupo de abucheadores, existen grupos “duros” de aficionados, que tendría como equivalencia en el mundo taurino, el famoso Tendido del Siete, en Las Ventas de Madrid, y en el caso de La Scala, el Loggione. Aficionados que yo creo son necesarios en el mundo de la ópera, aunque en ocasiones no se esté de acuerdo con lo que hacen.
Esta temporada de la Scala está siendo movidita. Recordemos Pagliacci-Cavalleria, que comenzó con una huelga de trabajadores del teatro que obligaron a suspender la primera función. Pero no sólo eso, recordemos también la sonora bronca que recibieron José Cura , Oksana Dyka y el director Daniel Harding. Y ahora lo que está sucediendo en estas funciones de Tosca, comenzando por la prima, en la que se caen los “primeros espadas”. No es la primera vez, que primeras figuras actuales, por h o por b, no cantan la prima… Otros, como Alagna se atrevieron a cantar aunque salieron escaldados…
¿Por qué tanta contestación? ¿Es únicamente por el bajo nivel de los cantantes y directores? ¿Se abuchea esa falta de seriedad (se anunciaban unas horas antes quienes cantarían) en un teatro como la Scala? ¿Se está intentando volver a un teatro como lo era antaño que “daba y quitaba”? ¿Se está abucheando a Lissner de forma indirecta? Preguntas difíciles de responder, por ésta que escribe.
Desde luego, escuchada, Pagliacci-Cavalleria los abucheos a Cura están más que justificados. Respecto a la soprano y Harding, quizás en otras ocasiones no lo hubieran hecho. Pero también es cierto, que en otros tiempos más “duros” también se hubieran llevado su ración de abucheos. Y en Tosca, por lo que pude escuchar ayer, ocurre tres cuartos de lo mismo, con un “Vissi d´arte” por parte de Dyka, digamos que muy deficiente. Y un Jonas Kaufmann, que cantó como canta siempre, pero que quizás, al ser Puccini (y ya sabemos que para cantar Puccini, necesitas una técnica a prueba de bombas) puso en evidencia todavía más sus problemas vocales. ¿Abucheos censurables? A mi modo de ver no. Si se critica la baja calidad artística, completamente de acuerdo, pero abucheos por que sí o, utilizar a cantantes y directores como rehenes de otras cosas que nada tienen que ver con la ópera, no puedo estar de acuerdo. Y por supuesto, totalmente censurable, esos enfrentamientos entre aficionados que casi llegan a las manos.
Tosca no ha sido, ni va a ser retransmitida. El único audio que he escuchado proviene del programa La Barcaccia, de ayer:
Tosca no ha sido, ni va a ser retransmitida. El único audio que he escuchado proviene del programa La Barcaccia, de ayer:
EDITO: Han aparecido 2 videos, con audio de la función
Vídeos de lamadonnadegliangeli