sábado, 23 de octubre de 2010

Toro Salvaje y Mascagni

Pantalla en negro. Suenan los primeros acordes del Intermezzo de Cavalleria Rusticana. Aparece el nombre de los productores, de Scorsese y Robert de Niro. Por fin desaparece esa pantalla en negro y lo vemos a él, bailando en el ring. Ese animal salvaje que sólo fue feliz en ese cuadrilátero. El intermezzo, al igual que en la ópera, nos introduce en lo que será la tragedia. En este caso, la historia del boxeador Jack La Motta, un ser autodestructivo (con paralelismos obvios con el propio Scorsese en ese momento de su vida), violento, celoso, imprevisible, desconfiado por naturaleza, y que destruye lo que más quiere: su familia y su carrera como boxeador. Un ser con complejos y con un sentimiento de inferioridad que le abocan a esa autodestrucción.


Vídeo de albertopuig1967

Si los títulos de crédito del principio son ya historia del cine, existe una secuencia que para mi es la mejor de toda la película y que también está acompañada por la música de Mascagni:


Vídeo de carzypenguin88

En menos de tres minutos asistimos al ascenso hasta lo más alto del boxeador, al mismo tiempo que vemos sus momentos felices a nivel familiar: su vida con su esposa, el nacimiento de sus hijos, la boda de su hermano... Todo ello en imágenes que parecen sacadas de una cámara de 8 mm. Pero si la imagen es importante, tanto o más lo es la múscia, en este caso la Barcarolla de Silvano, que como en tantas otras ocasiones, Scorsese es utilizada como elemento dramático. En este caso, se consigue una emotividad y una belleza pocas veces alcanzadas. Todo conseguido en gran medida por el montaje de Thelma Schoonmaker.

Porque si Toro Salvaje es una obra maestra del cine, lo es por la historia de LaMotta, por la dirección de Scorsese, por el montaje de Schoonmaker, por las interpretaciones de Robert de Niro y Joe Pesci, pero también por Mascagni, el leit motiv sonoro de la película.

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