domingo, 18 de noviembre de 2012

El Otello verdiano de Gregory Kunde



Oh! Gloria! Otello fu. Es lo que puede decir tranquilo, el tenor norteamericano Gregory Kunde.  El sueño de casi todos los tenores, por fin lo ha cumplido. El sueño de cantar el Otello verdiano, y salir indemne de la empresa. Y convertirse en el ¿único? Tenor en cantar el Otello de Rossini y el de Verdi.

Si hiciéramos una encuesta entre tenores, el moro de Venezia, sin ninguna duda, sería el papel con el que todos sueñan con interpretar, dejando a un lado las características vocales de cada uno. Unos lo intentaron y se pensó que su carrera terminaría ahí (Plácido Domingo), otros se dieron el “capricho” de  cantarlo al final de su carrera con resultados bastante mediocres como Di Stefano o anecdóticos como Pavarotti;  y  alguno como Bergonzi, al final desistió (también en el ocaso de su carrera).E incluso, tenemos el caso de barítonos que también dejaron el papel de Iago, para interpretar al moro, como el chileno Ramón Vinay. Quizás, el que hubiera logrado un Otello más que interesante, como Corelli,  fue inteligente y no lo hizo.

Y es que el atractivo de Otello no lo puede negar nadie, pero su dureza tampoco. Escrito para un tenor dramático, como lo fue Mario del Monaco en la segunda mitad del S. XX,  con un centro poderoso y graves, resistencia vocal y capacidad para sobrepasar una gran orquesta, apenas existen. Ese es el motivo por el que tenores, desde líricos a spintos, se hayan animado a cantar el papel.

Si nos fijamos en la lista de grandes tenores anterior, Pavarotti, Di Stefano y Bergonzi, estos abordaron el papel en el ocaso de sus carreras, como podría decirse que ha hecho Kunde. Aunque en realidad, el tenor norteamericano está viviendo una “segunda juventud”, obteniendo la popularidad y reconocimiento que quizás, no tuvo cuando era un joven tenor lírico-ligero belcantista.  Después de superar un cáncer y de interpretar papeles de baritenor (cosa que no es), volvió a los principales teatros,  ofreciendo grandísimas interpretaciones de personajes tan difíciles como Guillermo Tell (probablemente el mejor Arnoldo del momento). Pero también ha ido ampliando su repertorio: Norma,  Ben­evenuto Cellini, La Damna­tion de Faust, Les Troyen, I Vespri Sicil­iani…

El penúltimo personaje que ha añadido ha sido el Ric­cardo de Un Ballo in Maschera (que la verdad, fue bastante mediocre) y parece que tras el Otello, quiere encaminar lo que le queda de carrera, hacia Verdi (La Forza del Destino, Luisa Miller, Il Trovatore). Y digo bien con lo de “lo que le queda de carrera”, porque es la sensación que tengo: un tenor que está de vuelta de todo, con 60 años, que está disfrutando sobre el escenario y que se va a dedicar a cantar, lo que le apetece. Algo parecido a lo que está haciendo Plácido Domingo, sólo que a Domingo, en la actualidad, la voz no le permite cantar casi ningún papel de tenor y de ahí que cante papeles de barítono.

Pero volvamos a Kunde y a Otello.  Ha decidido cantarlo en Venezia, un teatro no demasiado grande (primer punto a su favor) y abordarlo de forma distinta a lo que hizo con Riccardo de Ballo in Maschera. Si con Riccardo “mantuvo”, la impostación habitual en él, con Otello, bajó la emisión consiguiendo un centro poco normal en él. El peligro estaba en cómo realizaría el pasaje al tener que tirar más de la voz para hacer el giro, pero sorprendentemente, la voz giraba bien (otro punto a su favor) y de ahí, al agudo sin problemas.  A partir de aquí  a construir el personaje, jugando sus bazas en las partes más líricas como el dúo con Desdemona (Già nella notte densa),línea de canto, limpieza de fraseo y su clara dicción (lo cual es mucho, teniendo en cuenta lo que se escucha en los teatros…)

Pero Otello tiene partes dramáticas, desde el acto segundo, donde el moro de Kunde hace aguas.  Porque ese centro no es el del dramático que se requiere, lastrando a la interpretación en intensidad, rotundidad y fuerza dramática, además de comenzar la fatiga con la que se tiene que enfrentar.  Tiene que lidiar con pasajes  épicos, donde es necesario squillo, donde la voz de Kunde no llega.

A pesar de ello, el tenor logró terminar no demasiado fatigado y con un resultado muy por encima de cualquier tenor actual que aborda éste papel verdiano (como Cura, Antonenko…) y que le convierte (desconozco si tras las funciones de Venezia, seguirá cantándolo) en la primera opción de ese grupo de tenores que cantan Otello. Si bien es cierto que, para mi, está lejos de ser un buen Otello.

Esultate! L’orgoglio musulmano sepolto è in mar:



Già nella notte densa s'estingue ogni clamor:


Ciò m’accora... Che parli?:

Ora e per sempre addio sante memorie:

Sì, pel ciel marmoreo giuro:

Dio! mi potevi scagliar tutti i mali:

Niun mi tema:

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