martes, 13 de junio de 2006

Die Zauberflöte y el aria de Tamino


DIE ZAUBERFLÖTE (K. 620)
Singspiel en 2 actos. Libreto de E. J. Schikaneder y K. L. Gieseke. Estreno en Viena, el 30 de septiembre de 1791.
Personajes : Tamino, príncipe egipcio; Papageno, cazador de pájaros; Sarastro, Sumo sacerdote de Isis y Osiris; Monostatos, moro al servicio de Sarastro; La Reina de la Noche, enemiga de Sarastro; Pamina, hija de la Reina; Papagena; damas; muchachos; escuderos; sacerdotes.

ARGUMENTO :
La acción de “La flauta mágica” se desarrolla en Egipto en épocas legendarias no determinadas.
Acto Primero
En un paraje montañoso, el príncipe Tamino huye de un dragón, cayendo desmayado de susto. Las Tres Damas de la Reina de la Noche matan al monstruo y admiran la apostura del muchacho.Al despertar, Tamino cuenta con la compañía de Papageno, un simpático pajarero que se jacta de haber sido él quien dio muerte al dragón. Reaparecen las Tres Damas, que castigan aPapageno por mentiroso, poniéndole un candado en la boca, a la vez que muestran a Tamino un retrato de Pamina, hija de la Reina de la Noche, secuestrada por Sarastro. Al momento, Tamino siente una enorme atracción por Pamina. Aparece la Reina de la Noche y cuenta al príncipe que le han raptado a su hija, quien será de Tamino si éste la salva. Las Tres Damas dan a Tamino una flauta mágica de oro y a Papageno unas campanillas, que les servirán para sortear todo tipo de peligros hasta encontrar a Pamina. En el viaje serán guiados por Tres Niños Duendes. En un salón del palacio de Sarastro, el sirviente moro Monostatos, encargado de la custodia de Pamina, la galantea y la recrimina por querer huir. Llega hasta ahí Papageno, y Monostatos asustado se aleja. El pajarero informa a Pamina que el príncipe Tamino, quien la ama sin haberla aún conocido, se acerca a sacarla de su encierro.En un bosque, los Tres Duendes conducen a Tamino hasta la entrada de tres templos: de “La Sabiduría”, de “La Razón” y de “La Naturaleza”. Del último sale un Orador que le explica quien es realmente Sarastro. El príncipe está confuso, aunque unas voces le advierten que pronto sabrá la verdad. Tamino toca la flauta mágica logrando así el reencuentro con Papageno y Pamina, perseguidos por Monostatos. Pero el sonido de las campanillas los salva de la difícil situación.Sones de trompetas anuncian a Sarastro y su séquito, entonando cantos de alabanza. Pamina advierte a Sarastro que intentaba huir por culpa del moro que la perseguía lujurioso. Sarastro perdona a la muchacha y le cuenta que a su madre sólo la mueve la maldad. Sólo el amor de un hombre enseñará a Pamina cuál es el mundo al que debe pertenecer.Llega Monostatos trayendo a Tamino y los jóvenes se reconocen. Sarastro castiga al moro y ordena que lleven a Tamino y Pamina al Templo de las Pruebas, mientras todos cantan a la virtud y la justicia.
Acto Segundo
Junto a un bosque llegan los sacerdotes junto a Sarastro. Este dice que Pamina está destinada a casarse con Tamino, quien tendrá que superar diversas pruebas antes de ser admitido en el templo.Dos sacerdotes exigen silencio a Tamino y Papageno. Las Tres Damas intentan engatuzarlos, pero ambos permanecen callados, superando así la primera prueba.En el jardín del palacio de Sarastro, aparece la Reina de la Noche, quien llena de furia da un puñal a su hija para que mate a Sarastro.Llega éste y comunica a Pamina que sólo Tamino puede liberarla, puesto que no es la venganza sino el amor la única salvación del hombre.En un gran salón, Tamino y Papageno se disponen a pasar otra prueba de silencio, pero el pajarero habla con un vieja que alega ser su amante. Llega Pamina quien, ignorante de la prueba, sufre, pues su amado Tamino no le habla.Sarastro recomienda a los jóvenes que se despidan, pues Tamino debe afrontar más pruebas. Llega Papageno quejándose de falta de compañía femenina. De nuevo aparece la anciana, El pajarero decide aceptarla y ésta se transforma en una atractiva Papagena. Un sacerdote impide a Papageno seguir a la mujer, ya que todavía no es digno de ella.En un jardín, los Tres Duendes alaban la luz y condenan la oscuridad. Hasta ellos llega Pamina, que creyéndose abandonada por Tamino piensa suicidarse.Pero los duendes la disuaden en tan fatal decisión, prometiéndole llevarla hasta el príncipe.Frente a unas montañas Tamino se prepara a pasar las pruebas del agua y del fuego. Pamina llama desde lejos a su amado y al verle se une a él para acompañarle en las pruebas. Ambos cantan el mutuo amor, superan las pruebas y regresan victoriosos.En otro lugar, Papageno, desolado por no encontrar a su amada intenta suicidarse. Pero la oportuna aparición de los Tres Duendes cambia las cosas. Estos le aconsejan que toque las campanillas mágicas y así aparecerá la mujer. Papageno las toca y regresa Papagena. Ambos rebosan de alegría.Monostatos conduce a la Reina de la Noche y a sus Tres Damas hasta el palacio de Sarastro con el propósito de la venganza definitiva. Pero de pronto la luz todo lo invade. Las fuerzas del mal desaparecen, mientras Tamino y Pamina son recibidos en el templo por Sarastro. Allí son recibidos con cantos de alabanza a la belleza y a la sabiduría que otorga el conocimiento de la verdad.

El aria de Tamino "Dies Bilnist ist bezaubernd schön", pertenece al primer acto, al momento en el que Tamino observa el retrato de Pamina, que ha sido secuestrada por Sarastro. Tamino se enamora al instante.

TAMINO
(blickt das Bildnis an)
Dies Bildnis ist bezaubernd schön,
Wie noch kein Auge je gesehn!
Ich fühl es, wie dies Götterbild
Mein Herz mit neuer Regung füllt.
Dies Etwas kann ich zwar
nicht nennen,
Doch fühl' ich's hier
wie Feuer brennen.
Soll die Empfindung Liebe sein?
Ja, ja die Liebe ist's allein.
O wenn ich sie nur finden könnte!
O wenn sie doch schon vor mir stände!
Ich würde, würde, warm und rein,
Was würde ich?
Ich würde sie voll Entzücken
An diesen heißen Busen drücken,
Und ewig wäre sie dann mein!

TAMINO
(observando el retrato)
¡Este retrato es
encantadoramente bello,
ningún ojo ha visto otro igual!
Siento cómo esta imagen divina
llena mi corazón de emoción.
Es verdad que soy incapaz
de darle nombre,
pero la siento arder en mi corazón.
¿Será amor esta sensación?
¡Sí, sí! ¡Es únicamente amor!
¡Oh, si pudiera encontrarla!
¡Oh, si ella estuviese ya ante mí!
Yo.... yo...,
de un modo cálido y puro...
¿Qué haría yo... ?
La estrecharía con delicia
contra este pecho ardiente
y entonces sería mía para siempre.

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