viernes, 12 de enero de 2007

La Clemenza di Tito: Acto II

En el palacio, Annio le dice a Sesto que el emperador ha sobrevivido al intento de asesinato. Sesto le confiesa a Annio su participación en el crimen, contándole que planea dejar el país y nunca volver. Annio alienta a Sesto a decir la verdad en lugar de partir, sugiriéndole que sus muchos actos previos de lealtad junto con su obvio arrepentimiento, podrían llegar a merecer el perdón de Tito Torna di Tito a lato.
Annio se retira.

Vitellia, quien teme que Sesto pueda revelar su rol en el intento de asesinato, le aconseja que se vaya. Publio entra y ordena a Sesto que le entregue la espada. Publio le revela que el hombre que Sesto ha apuñalado era Lentulo, un cómplice en la conspiración. Sesto debe ser llevado ante el Senado para un interrogatorio. Vitellia, teme por su suerte.

En un gran hall para audiencias públicas, el pueblo agradece que Tito haya sobrevivido Ah grazie si rendano.

Es el día de los juegos en el Coliseo, y Publio le aconseja a Tito que concurra. Tito le dice que primero prefiere enterarse sobre el destino de Sesto.

Publio le entrega al emperador una hoja que contiene la confesión de Sesto y la pena de muerte otorgada por el Senado. Todo lo que el documento necesita es la firma de Tito para que la sentencia se lleve a cabo. Ignorando los pedidos de clemencia de Annio Tu fosti tradito,

Tito se enfurece por la traición de Sesto. Al momento de firmar el documento de condena, se da cuenta de que debería oír a Sesto personalmente antes de enviarlo a su destino final.

Sesto entra, y Tito pide que Publio y sus guardias se retiren para poder hablar a solas con su viejo amigo. Dejando de lado las formalidades, le pregunta a Sesto cuáles fueron sus motivos. Sesto oculta la complicidad de Vitellia, confiesa que fue su debilidad de carácter lo que lo llevó a intentar asesinarlo. Tito lo presiona para sacarle más información, pero Sesto constantemente se rehúsa a revelar su motivo Deh per questo istante solo.

Tito, ofendido, ordena que se lo lleven.
A solas, Tito contempla el destino de Sesto, y encuentra que todavía siente lástima y lo respeta a pesar de lo que ha hecho. Lucha con su conciencia, ya que duda si debe firmar el documento que condena a muerte a su viejo amigo Se all´imperio, amici Dei.

Finalmente, Tito firma el documento, pero en seguida se da cuenta de que no está en su naturaleza condenar a un amigo cuando todavía tiene el poder de perdonar: desea que las personas lo recuerden como un emperador piadoso en vez de cruel. Tito rompe el documento, diciendo a los dioses que, si para reinar se requiere un corazón cruel, él no esta capacitado. Llama a Publio, y le dice que el destino de Sesto será decidido en la arena.

Después de que Tito se va, Vitellia encuentra a Publio y le dice que debe ver al emperador. Servilia y Annio entran y le piden que salve a Sesto, reclamándole que ya que será la emperatriz, tiene el poder para hacerlo. Vitellia, sorprendida de que el Emperador aún quiera casarse con ella, se da cuenta de que Sesto ha sacrificado su vida por ella. Servilia le suplica nuevamente que se apure y salve a Sesto S´altro che lacrime,

pero Vitellia pide que la dejen sola. Servilia se retira criticando a Vitellia por su inacción, y Annio se va con ella.

A solas, Vitellia piensa que si llega a ser emperatriz, no podría vivir sabiendo que Sesto murió a causa de ella. Siempre viviría temiendo que algún día sería revelada su complicidad en la conspiración Non più di fiori vaghe catene.

Corre a la arena para confesarle a Tito su crimen.

Llevan a los conspiradores a la arena, en donde se los arrojará a las bestias salvajes.El pueblo aclama a Tito y le compara con los dioses Che del ciel, che degli Dei

Tito pide ver a Sesto por última vez. En ese momento Vitellia irrumpe y confiesa que fue ella la autora de tal conspiración. Nuevamente traicionado, esta vez por su futura esposa, Tito decide ser fuerte creyendo que su clemencia durará más que la traición de los otros. Perdona a los tres conspiradores, expresando que, ante sus ojos, el verdadero arrepentimiento es más valioso que la fidelidad constante. La ópera termina cuando sus súbditos le cantan sus alabanzas.Tu, è ver, m´assolvi, Augusto?








THE END

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